martes, 14 de febrero de 2017

Conspiración contra el amor

Para Joaquín Sabina hoy se celebra el día de una especie en vías de extinción: los enamorados. Estoy de acuerdo con él, pero esa rara avis que son las personas que practicamos el sexo con amor, está a punto de desaparecer por una visión exclusivamente genital de la realidad.

Acabo de leer que unos políticos en Mallorca han lanzado una campaña institucional -o sea pagada con nuestro dinero- que vincula el Día de los Enamorados con la violencia contra la mujer. No salgo de mi estupor ante disparate de proporciones bíblicas. Su argumento es que hay que desmitificar el «amor romántico» porque es «peligroso» ya que lo ven en la génesis de casos de maltrato a la mujer y de «relaciones tóxicas». Quien ha pergeñado este dislate o bien no ha sentido amor nunca o no han leído sobre él y claro, les parece algo de auténtica fábula.

La literatura universal está llena de ejemplos que lo que es el amor entre dos seres humanos. Actualmente a nadie le interesa hablar sobre la entrega generosa y desinteresada que significa. El amor existe, mal que le pese al Consell de Mallorca. Existen ejemplos de parejas que se quieren, de todo tipo y condición sexual. Pero eso no es noticia. Lo que trasciende son los divorcios y las infidelidades, que nos hacen creer que esa debe ser la tónica dominante. Ahora parece que los políticos nos tienen que decir cómo se ama. Es una verdadera conspiración contra el amor.

Efectivamente, el amor romántico es subversivo, porque si presidiera todas las actuaciones de nuestra vida se acabarían muchos problemas. Por supuesto que la sumisión y el control son el germen de relaciones tóxicas, pero eso no tiene nada que ver con el amor, con la entrega sin límites que explicaba san Pablo. El Día de los Enamorados es un mero argumento para sacarnos los cuartos, pero el amor existe, doy fe. La dan millones de personas en las que este sentimiento, nada perjudicial, preside sus vidas. Refrán: Amor viejo: ni te olvido, ni te dejo.