miércoles, 24 de septiembre de 2008

Todos tenemos la tripa de Miguel Bosé

No sé por qué la tripa que lució Miguel Bosé en el concierto de Cáceres ha causado tantos comentarios en la ciudad. Unos que si un artista de su talla no puede permitirse ese cuerpo fofo... Otros que si a ver si está embarazado... Yo creo que un tipo que tiene una fábrica de embutidos en Montánchez tiene derecho a tener tripita, aunque el diminutivo en esta ocasión sea un eufemismo.

Ahora que calienta motores la Feria de Zafra recuerdo a un Bosé en la zona de subastas levantando la tarjeta cuando el mayoral le indicaba. Compró unos sementales de retinto que a los pocos años ya obtenían algún galardón. Al menos parece que se moja personalmente en lo tocante a sus negocios.

¿Se va a privar un artista tan completo de los placeres de la buena mesa? Para cuatro días que vamos a vivir pienso que tenemos derecho a meternos entre pecho y espalda lo que nuestros bolsillos nos permitan y ser todo lo ambiguos o anfibios que nos apetezca ser. Hombre, seguro que Miguel Bosé se puede permitir tener un gimnasio en su casa y ponerse dura la chocolatina.

Los demás ya podemos decir que nuestro abdomen depresible (vientre con lorzas) es más pequeño que el del hombre perfecto. Las caminatas por la Ronda Norte y Nuevo Cáceres adquieren ahora un nuevo sentido y ya no me encuentro tan culpable cuando me tomo una parrillada mirando a la ciudad vieja en el restaurante de Obispo Galarza. En fin, Miguel, muchas gracias. Eres un tipo sin complejos, artista y con barriga. ¡Pues como todos! Refrán: Si el Bosé tiene tripa plebeya es que la lorza es muy bella.