martes, 15 de diciembre de 2009

La escuela de Belén

Aunque pueda parecer por el título que voy a hacer referencia a algún acontecimiento propio de las fechas, en realidad hablaré del número ingente de seguidores que tiene Belén Esteban en este país y que sigue a pies juntillas sus enseñanzas. A la vuelta de un fin de semana en Madrid en el que --como suele ser habitual-- el regional de vuelta a Extremadura sale tarde, contemplé una revuelta en el tren protagonizada por una de sus encendidas seguidoras. El personal estaba mosqueado con el retraso de una hora y el revisor nos informaba de cómo hacer las reclamaciones cuando un grupo de unas 15 personas con parada en Torrijos montaba una rebelión a bordo. Habían comprado el billete a la vez y entendían que debían permanecer juntos en el tren. Sin embargo, los billetes estaban repartidos en vagones diferentes. La madre de una de las niñas espetaba al revisor:
--¡No sin mi hija! ¡Yo soy como la Esteban!
El hombre, que se veía visiblemente apesadumbrado tras una larga explicación a la ‡'leona', argumentaba que los billetes se los habían dado separados y que tenían, por tanto, que madre e hija tenían que viajar así. Pues bien, la mujer no se bajó del burro y hubo que mover medio tren para cumplir su voluntad. Parece mentira que la cabezonería sea la moneda de cambio de algunas personas y que tener por referente a la Esteban un orgullo. El tren tuvo que habilitar un autobús lanzadera en Monfragüe para no acumular más retraso. Lo de Renfe, mal. Lo de la admiradora de la Esteban, peor. Refrán: Cuando se acaba la vida de la escuela comienza la escuela de la vida