martes, 14 de febrero de 2012

La buena fe

Son tiempos de mala fe. Estoy convencido de que la crisis económica tiene su origen en una crisis de valores en los responsables de las grandes empresas. Que haya 20.000 familias extremeñas afectadas por algo que se calificado como el "mayor fraude al ahorro en los últimos tiempos" perpetrado por bancos y cajas debe hacernos reflexionar. No eran charlatanes de un circo ambulante. Se aprovecharon presuntamente de la buena fe de los ciudadanos para endilgarles productos complejos a particulares sin informar sobre sus riesgos. No es cuestión de letra pequeña o grande, es que, al parecer, vendieron a señores de 80 años sistemas para ahorrar a décadas vista. Pero no es el único caso de aprovecharse de la buena fe del ciudadano. La mayoría de los recibos de electricidad o del gas son un galimatías espantoso, y si encima te aplican la famosa tarificación por estimación flipas. Siempre salen ganando, porque los cálculos los hacen con los números de los meses que más les favorecen. Y lo de la telefonía móvil ni te cuento, portento. Hay que estar ojo avizor con las facturas. A mí, de pronto, dejaron de enviármela en papel y precisamente ese mes que lo hicieron el cargo fue de infarto y erróneo. Sí, después llegan las disculpas, el abono del dinero cobrado de más, pero... ¿Y el señor mayor que no entiende de adsl ni routers ni nada de eso? Pues se la clavan. ¿Y quien se fía de las grandes compañías o no tiene ni tiempo de comprobar los datos? Idem de lo mismo. Por cierto, que llevo ya tres meses recibiendo las disculpas y el dinero cobrado de más por parte de una gran operadora, pero me dicen en 'espanglish' que no que no lo hacen a mala fe, que un día de estos recibiré bien mi factura. ¡Qué alivio! Refrán: A buena fe y sin mal engaño, para mí quiero el provecho y para ti el daño.