martes, 4 de febrero de 2020

La trampa de las imágenes

La escena de los espejos de La Dama de Shanghai (Orson Welles, 1948) nos impide ver con claridad quién va a morir al final de la película. Algo parecido sucede en este mundo hiperconectado en el que las redes sociales son una especie de sumidero de informaciones y datos que llegan al receptor sin el filtro de los profesionales. Ahí reside el valor y el peligro de estas pseudonoticias de usar y tirar. La semana pasada fui testigo de la ‘toma’ de Feval por parte de agricultores que protestaban por la ruina que es el campo actualmente, al pairo de los aranceles de Trump y asfixiado por producciones bajo coste. Sin duda una protesta de sobra justificada.

Muchos ciudadanos se han escandalizado de la contundencia policial contra los que pedían simplemente vivir del campo con dignidad. En sus móviles veían el tuit de la carga y esgrimían esa afirmación cuñada de que «aquí se nos machaca y en Cataluña tratan a los ‘indepes’ con guante blanco», por ejemplo. Se han viralizado vídeos cortos en los que las fuerzas de seguridad se empleaban a fondo. Y ahí está la trampa. Internet no refleja las horas de provocación continua y de destrozos vandálicos de quienes acudieron a Feval solamente a montar el taco.

Un grupo de alborotadores estaba conjurado para liarla parda y se diferenciaba bien de quienes acudieron solamente a protestar, como es su derecho. No me gusta la violencia de la policía ni de nadie, pero no sería justo si no dijera que yo vi ganas de salir en el telediario a cualquier precio. Y seguro que pagó algún justo por pecador y se llevó un palo algún manifestante pacífico.

Creo que con respecto al campo hay mucha política del avestruz. Y mucho intermediario apoltronado en despachos. Hay que sentarse a dialogar para que nuestros agricultores tengan salarios dignos. En eso envidio mucho a los americanos, para los que los profesionales del campo son auténticos héroes. Para mí también lo son y no tienen nada que ver con la marginal kale borroka de la semana pasada. Refrán: La violencia es el último recurso del incompetente. (Isaac Asimov).