martes, 17 de diciembre de 2013

El 'smartphone', la nueva niñera

Poco a poco está creciendo un fenómeno que pone en riesgo la salud de nuestros hijos. Se trata de la utilización del 'smartphone' como niñera, como compañero de juegos de los más pequeños de la casa. Y las Navidades son un territorio abonado para que los progenitores deleguen el ocio de los niños en esos artilugios que nos esclavizan con sus mensajes constantes. El riesgo de los mayores está en que pueden recuperar su móvil con deterioros que lo dejen inservible: golpes, datos borrados e incluso llamadas a números no deseados y facturas kilométricas. Pero eso no es lo peor, porque lo menos que hacen los niños con un teléfono es llamar. Lo más grave es la puerta de acceso a un averno de contenidos no deseados. La costumbre de los padres de enviar a su hijo a jugar con el 'smartphone' se generaliza, poniendo en alerta a psicólogos y asociaciones en defensa de la infancia. El móvil es todavía más pernicioso que la televisión, de interactividad limitada y fácil de controlar. También son un peligro las tabletas, a las que los padres apenas ponen límites en su utilización. En Navidad los niños están más tiempo solo porque aunque los padres estén en casa, a veces están más pendientes de su propio ocio y de atender a los amigos. Existen padres que llevan la tableta colgada con una faltriquera y establecen un tiempo de uso, siendo los custodios. Aún así los riesgos son demasiado grandes. La pornografía, la violencia y los pederastas están a un par de toques de pantalla con las yemas de los dedos. Ojalá esto que cuento sirva para algo. Refrán: Juego de manos, juego de villanos.

martes, 10 de diciembre de 2013

Cuando llega el amor después del amor

El amor después del amor tal vez se parezca a ese rayo de sol", dice el cantautor argentino Fito Paez en una conocidísima canción. ¿Y qué es eso del 'amor después del amor'? Es esa paz serena que sobreviene cuando la pasión descansa en la noche. Muchos no la llegan a sentir nunca y naufragan en el tedio de los días con el mar dentro del corazón como si tuvieran un artefacto pesado en el pecho. Otros se atragantan de amor, de tanto usarlo, como dice otra canción, y se quedan vacíos de golpe, sin saber por qué. El 'amor después del amor' es aceptar el cuerpo del otro como única religión verdadera negando los sacramentos de la desidia y las rutinas. El amor en la madurez es saber que por el dolor se llega a todos los nombres del ser amado como si se persiguiera una llaga abierta. El amor cuando se convierte en suave brisa de la madrugada es la tabla donde se agarran los náufragos devotos de las oficinas. No tiene expertos, ni analistas conocidos. No cotiza en la bolsa. No se vende en las tiendas a granel ni al detalle. No se aparta como un artículo para Navidad. El amor cuando se afianza echa raíces para siempre. No es vanidoso. Es besar las heridas y defectos del otro todos los días con pasión y fervor. El amor con el paso de los años es un sol de invierno permanente que a veces quema y que otras te hace sentirte seguro en medio del caos de la vida. Es como la red de los trapecistas del circo. Está ahí para que des el salto mortal otra vez. Y para que otra vez mueras de amor cuando el amor se muera, después del amor. Refrán: Obras son amores, que no buenas razones.