martes, 7 de julio de 2015

No todo vale en los Sanfermines

Hoy es San Fermín y probablemente cuando usted lea esta columna los astados de Jandilla procedentes de la finca Don Tello de Mérida estarán ya listos para ser lidiados. A las ocho de la mañana habrán sido trasladados por los mozos desde los corrales a la plaza en medio de una marea humana sin más auxilio que el propio cuerpo, un periódico y las varas de los mayorales. Este valeroso acto que debería estar reservado a especialistas se ha convertido en un espectáculo en el que todo el mundo puede participar sin apenas control. No son pocos los extranjeros que sin conocimiento se colocan delante de los morlacos. El resultado suele ser casi siempre unos vistosos encierros y emocionantes carreras. Sin embargo, en ese recorrido también concurren la inexperiencia, la inconsciencia y en algunos casos, a pesar del control, el alcohol. El resultado son las cogidas, en algunos casos graves y a veces mortales. Tan es así que el Ayuntamiento de Pamplona va a crear para un Servicio de Ayuda a Lesionados Graves en el Encierro. Además, ha redactado un bando donde se hace mención expresa a las agresiones sexistas a las mujeres que se multiplican con motivo del descontrol de la turba. Mi pregunta es: ¿Leído todo lo anterior puede considerarse esto una fiesta, algo divertido? No estoy contra los toros, pero ante ellos tienen que ponerse profesionales, de lo contrario nos acercamos a la tragedia. Es indudable el dinero que mueven los Sanfermimes pero hago un llamamiento a la cordura para disfrutarlos, porque de lo contrario la celebración se empaña con las lágrimas de los heridos y las víctimas de la imbecilidad humana. No todo vale en Sanfermín. Refrán: Por san Fermín, mocicos a la fiesta, abuelos a la siesta.