martes, 31 de enero de 2017

Todo por una foto ‘real’

Nunca entendí el ansia por la foto ‘real’. Me refiero a la instantánea de los Reyes de España. Y lo traigo a colación por la visita la semana pasada a Don Benito de Felipe VI y Letizia, con motivo de la Agroexpo.

Si la avidez por captar la imagen de un famoso es alta en el común de los mortales, en el caso de la realeza se multiplica por mil. «¡Tengo una foto de los Reyes!», decían con alborozo los visitantes de la feria agrícola. Era como si les hubiera tocado la lotería. Se subieron a tractores, maquinaria de riego, cosechadoras… Cualquier lugar era bueno para captar la imagen deseada. Fue todo espontáneo, dentro de lo poco improvisado que son esos actos. De hecho, los paseantes obtuvieron mejores fotografías que muchos de nosotros, ya que, por el contrario, los profesionales de la información teníamos medido al milímetro los espacios en los que trabajar. Y no solo eso, sino que nos los marcaban con aires marciales el personal de la Casa Real. Aquello parecía una especie de yincana, corriendo de un lado para otro en busca de una imagen que debía valer un potosí.

Los comentarios del público fueron elogiosos: la altura y belleza del monarca, su cercanía, la elegancia de la reina… Y las impresiones más importantes, las de los profesionales, fueron buenas: El Rey se preocupó por la situación del agro y ellos reivindicaron un tren digno en la región. Así tiene que ser. Otra cosa es que las demandas no caigan en saco roto.

Al menos ese contacto real fue una válvula de escape para nuestros problemas. Nos han escuchado y eso, de momento, alivia. A lo mejor, con lo que está cayendo a la Casa Real --caso Urdangarín y vida sentimental del rey emérito aireada en los programas de cotilleo-- tenemos que ser nosotros los que en algún momento escucháramos las cuitas de Felipe VI. Creo que sería una buena terapia para él. Le vendría bien, pues la monarquía vive horas muy bajas. Refrán: Allá van leyes donde quieren reyes.