martes, 24 de abril de 2012

Resaca literaria

Siempre he pensado que tener la televisión en el comedor o la salita de estar es como tener de invitado perenne a un cacique con mando sobre ti. Ayer fue el Día Internacional del Libro y hoy, jornada de resaca de tan magno acontecimiento, me planteo el futuro de la palabra escrita, al menos de la escrita en papel. Ahora hay otro tirano en casa, con extrañas y variadas denominaciones: ordenador, portátil, tablet, notebook... Está ejerciendo una extraña fascinación sobre nuestras mentes gracias al declive o la hartura que provoca tanta televisión y de tan poca calidad. El resultado es que me he sorprendido a veces con la televisión puesta, de fondo, como una letanía de imágenes inadvertidas, y los dos portátiles que hay en la casa a pleno rendimiento. Tres pantallas a la vez, que no es moco de pavo. Y la verdad es que pasamos la velada leyendo ante las pantallas, aunque en muchas ocasiones, no sea literatura, sino los hilos de alguna red social. A veces me he sorprendido enviando mensajes a quien estaba en la habitación de al lado... --¿Cuándo cenamos? --Pues en media hora... Pero, vaya, que si das una voz no hace falta que me escribas en un chat por internet. Al final, cuando coges el libro-libro --vamos el de papel que tienes en la mesilla de noche, junto al vaso de agua-- tienes los ojos llorosos de leer ante tanto artilugio electrónico y no apetece. Todavía hay románticos en Extremadura como los de la editorial Rumor Visual que se siguen dejando la piel por esa extraña fascinación de la palabra escrita en papel. Esperemos que nunca se extinga, porque muchos vivimos de ella, aunque cada vez más este vivir sea simplemente sobrevivir. Refrán: Un buen libro es un tesoro: cada hoja, un pan de oro.