martes, 30 de octubre de 2012

Día de Difuntos y de Todos los Santos


El día de Todos los Santos se acerca y en los colegios y guarderías en vez de poner en escena El Tenorio de José Zorrilla se anima a los niños a festejar Halloween, vistiéndose de zombi o portando una calabaza. ¡Qué pena esta invasión de costumbres yankies y americanófilas! ¡Con lo que a mí me gusta la escena del 'convidado de piedra' de la versión de Tirso de Molina ! En ella don Juan Tenorio invita a cenar a uno de sus asesinados, don Gonzalo de Ulloa , cuya estatua se venga arrastrándole a los infiernos sin poder confesarse de sus múltiples pecados. Ahora se ha perdido esta costumbre tan sana del teatro en este día festivo, que en Extremadura se aprovecha para ir al campo y asar castañas en la lumbre. Tiempo de frutos secos que saben a gloria junto a los amigos y el calorcillo de la leña de encina. Momentos de visita a los cementerios para hacer la ofrenda a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros. Familiares que se afanan en blanquear sepulcros y colocar flores en una liturgia de respeto y amor por los que se fueron. Eso me parece más provechoso que ir por las casas vestido de mamarracho pidiendo 'truco o trato'. Ocurre que a algunos tener un crucifijo en clase les resulta molesto, pero no que se fomente un ritual a todas luces absurdo e impuesto por el imperio. Lo mejor de la jornada, sin duda, es la gran variedad de dulces que las confiterías tienen en sus vitrinas estos días; buñuelos de viento y huesos de santo que nos llevan al cielo, aunque éste pueda esperar. Refrán: Por los fieles difuntos llegan las lluvias y los fríos juntos .

martes, 23 de octubre de 2012

Dos hombres, dos mujeres que se aman


Dos hombres paseando por Cánovas. Van de la mano bajo la lluvia intermitente. Sábado por la mañana, en esa ambigua hora que mezcla a los madrugadores y a los últimos de la fiesta del viernes. Dos chicos. Uno pelirrojo, con camisa blanca y traje de chaqueta. Otro, moreno, rapado, con gafas de sol de espejo y bolso negro. Llegan a la cuesta de la calle san Antón junto al Gran Teatro y un beso fugaz une sus labios tras una mirada cómplice. Miran después a un lado y a otro para comprobar quiénes han sido los testigos del estallido de pasión. La vida pasa por su lado, sin detenerse apenas. La gente va raptada por sus prisas y sus compras de sábado sin percatarse del ósculo a hurtadillas. Un abrazo más bajo una chaqueta que hace las veces de paraguas. Nada importa. Solo el amor. El que sean dos hombres es tan solo una anécdota en las otoñales ya calles de Cáceres.



A la noche, prácticamente en la misma zona, junto al Tambo de Alfonso IX, dos mujeres sentadas contándose confidencias al oído. Algunas risas se escapan de unas bocas que se buscan ansiosas entre las sombras. Otra escalinata para sentarse y vuelve el milagro del amor a rondar cerca. Dos mujeres. Tan solo eso, entre la niebla de una existencia que no entiende de convencionalismos sociales. Furtivas ante el trajín ritual del ir al 'botellón' que pasa ante ellas. Miedo en sus miradas que se topan con la mía. Vuelven a lo suyo, a la suave liturgia del cariño. Son solo eso, dos seres que se aman. Nada de extrañar. Amor: Todo un peligro cuando se cae bajo su hechizo, sean quien seas. Refrán: Donde hay querer, todo se hace bien.

martes, 16 de octubre de 2012

Guitarra y voz


Simplemente con guitarra y voz pueden lograrse resultados sorprendentes. Así lo demostró Amancio Prada en el Gran Teatro de Cáceres el pasado viernes. La desnudez de la puesta en escena --sin músicos, en un escenario totalmente negro-- no se debe a los rigores de la crisis, sino a que sólo los artistas que realmente lo son saben conectar con el corazón de la gente con tan pocos elementos. Parece que ya los cantautores no tienen su espacio en la foto actual, pero creo que ahora se están haciendo más necesarios que nunca. Quizá no sea Amancio Prada, pero estoy seguro de que en el humus de este descontento brotará alguien con una canción que sea el resorte para movernos de nuestra molicie y pasividad ante la crisis. El del viernes fue un concierto muy íntimo, con una entrada de público discreta, pero su repaso a los libertarios, a poetas anarquistas, contando los entresijos de unas vidas conforme a sus ideas, fue muy reconfortante para el público. La cultura no es un artículo de lujo sino un arma que cuando pone en marcha sus resortes es muy eficaz. Lástima que solo unos pocos como Amancio Prada sepan utilizarla con acierto. No muy lejos en mensaje, aunque sí en formas y público, el concierto de Extremoduro al día siguiente llevó el lenguaje transgresor de Robe Iniesta a sus miles de seguidores. Cultura de alto consumo. También guitarra y voz para hacer mover a las conciencias. Dos conciertos con públicos opuestos pero respuestas similares ante la situación actual. Hay que hacer algo pronto porque de otra forma la cultura será en breve un coto cerrado a unos pocos. Refrán: Libro en el estante y guitarra en el rincón no hacen ningún son.



martes, 9 de octubre de 2012

Pasivos


Somos víctimas de nuestras propias contradicciones. Estamos acostumbrados a criticar en el bar, con los amigos, a quejarnos de lo mal que se está haciendo todo. No es la primera vez que escucho hablar de tal o cual negligencia de un funcionario público o de la falta de diligencia de alguien que debería ser eficiente. Pero todo se queda ahí, en el chascarrillo de los que beben unos vinos juntos, de los que se van a 'tomar las once' los sábados en la plaza del pueblo. Y con esa actitud han ido pasando los años, haciéndonos viejos y confiados en una democracia urdida en el débil consenso de la transición. Pero los palos de 'instalache' se han caído. El chamizo se ha quemado con nosotros dentro, como espectadores pasivos del espectáculo. Algunos, los sufridores en primera persona del paro, del no future , se han hartado. Y no me extraña. La clase política ha tocado fondo juntamente con las cotizaciones de bolsa. Ahora los indignados han decidido quejarse y no puede sorprendernos que con sus actitudes irriten a los que mandan y estos les manden a la policía. Lo cierto es que las protestas han llegado tarde y no puede controlarse a un pueblo completamente enfadado tras años y años de desmanes de la clase política. No me gusta la violencia, no me gustan los enfrentamientos. Pero llevamos mucho tiempo comulgando con ruedas de molino y no es de extrañar que en un momento u otro se forme la de 'Dios es Cristo'. Y los culpables somos todos, por tantos años de ejercicio de la ciudadanía de forma pasiva y despreocupada. Tenía que pasar lo que está pasando. Refrán: La memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla.



martes, 2 de octubre de 2012

Guasa con el 'whatsapp'


Este título podría ser muy bien el comienzo de un tanguillo de Cádiz, pero lo cierto es que la aplicación para móviles 'whatsapp' tiene mucha tela que cortar, pero tela marinera. Las compañías telefónicas --que probablemente representen el mayor negocio del siglo XXI-- han inventado un método para tenernos aún más engachados al teléfono, una mensajería instantánea que riéte tú de Seur, UPS, MRW y todas estas empresas juntas. Desde que esto del 'wasap' se extiende como una mancha de aceite veo a la gente absorta con sus teléfonos e hipnotizada, con la mirada ida. Las paradas de autobús y las plazas están llenas de zombies pulsando nerviosamente las teclas. Los amigos quedan y no se miran a la cara, sino que se envían mensajes sentados alrededor de una mesa entre risas. No es que yo esté contra las nuevas tecnologías, ni contra el progreso, pero pienso que estamos sustituyendo el diálogo por el 'wasap', que tiene narices la cosa.


--Ey, Juanjo , te envío un wasap y quedamos, tío.


Y como no tengo nada de eso en el móvil, me quedo al margen de todo. Y los mensajes, cada vez menos ricos, más carentes de emociones, más esquemáticos, más pobres, más tristes. Veo en los pasillos de los centros educativos que se prohibe terminantemente el uso del móvil en las aulas. Es imposible aprender si se es esclavo de una máquina. Así de claro.



Añoro las cartas de puño y letra, con su perfume, sus besos de carmín, sus sellos de lacre y esas gotitas que semejaban ser lágrimas. Y lo echo en falta porque vamos derechitos al empobrecimiento vital y cultural. Acabaré teniendo 'wasap', pero qué poca guasa que me hace. Refrán: Si quieres saber de guasas ven a cantarme a mi casa.