martes, 30 de octubre de 2007

ENCUENTRO CON UN CACEREÑO DE TODA LA VIDA

En Telecinco son guapas, además de inteligentes, hasta las redactoras de documentación, que nunca salen en la tele. Coincidí con una de ellas este verano en el Corral de las Cigüeñas. Aquella noche la ciudad monumental estaba llena de visitantes vestidos con corbata y chaqueta, o pamela y vestido vaporoso en el caso de las mujeres. Mi despiste crónico me llevó a ignorar esa situación anómala, pero mi acompañante televisiva me hizo la siguiente observación:

--Vaya mirada descarada y de arriba a abajo que me ha echado ese tipo con ojos de huevo.

Yo continué apurando mi larioscola con fruición a pesar de todas las recomendaciones en contra de esa libación.

--¡Ey, niña! ¿Quieres una cerveza? Soy un chico de Cáceres de toda la vida (DTV), dijo el pollo.

Aquel payo decía eso como quien esgrime un certificado de buena conducta o de penales. Vestía como un auténtico hortera, con una corbata amarilla espantosa y el pelo engominado y para atrás. Aquel esperpento soltó una retahila de tópicos a mi compañera, que ella aguantó estoicamente con una sonrisa cercana a la mueca.

--Traqui, soy un ejecutivo de una gran empresa financiera y asesora... Nací en la calle Argentina... de aquí, de Cáceres de toda la vida , insistía dando la brasa.

Cuando mi amiga ya decidió que su cupo de sandeces diarias escuchadas estaba cubierto despidió amablemente al chico DTV, quien dijo no se qué de que se le había "espantado la pieza" a otro hombre trajeado. Refrán: Idiotas sin medida los ha habido de toda la vida .