martes, 28 de noviembre de 2023

Ángel Martín, terapia grupal

En un país en el que el 6,7% de la población está afectada por la ansiedad, exactamente la misma cifra de personas con depresión, espectáculos como el de Ángel Martín son no solo pertinentes, sino que muy necesarios para el común de los mortales. Este actor, que triunfa en Youtube cada día con un vertiginoso informativo de solo un minuto de duración, es muy valiente, valiente de verdad.

La enfermedad mental –que uno de cada cuatro españoles padecerá a lo largo de su vida- está estigmatizada, al menos en nuestra sociedad. Las visitas al psiquiatra o al psicólogo con consideradas poco más o menos como vergonzantes o circunscritas solo para los ‘locos’, como con desprecio llamamos a quienes se apartan de lo que llamamos normalidad y necesitan terapia. Y todos en algún momento podemos estar ‘locos’.

Este actor ha pasado por el infierno de la enfermedad mental, de los internamientos y tratamientos, y habla sin tapujos de su experiencia. No es un espectáculo para reír a mandíbula batiente, pero sí te hace sonreír durante los 80 minutos de monólogo hilarante. Ángel Martín se convierte así en una excelente terapia grupal para todos los asistentes a su show. Las entradas deberían dispensarse en farmacias, quizá con receta. Lo cierto es que el millar de espectadores que el sábado asistió al Palacio de Congresos de Cáceres salió mejor de lo que entró y eso vale mucho más que el precio de cualquier entrada. Cada asistente interioriza las palabras del actor y hace suyos sus ejemplos, porque lo que él cuenta es una experiencia universal.


 Además de hablar del universo de la pareja y las relaciones humanas, gran parte de lo que contó se centró en las redes sociales. Efectivamente, éstas no son un ente externo y abstracto a nosotros, sino que están alimentadas por nuestras pulsiones y miserias. De nosotros depende construir una sociedad mejor con ellas. Ese es el reto. Punto para los locos. O quizá sería mejor decir: «Ángel Martín, este loco es un punto».