martes, 18 de octubre de 2011

Miles de ciudadanos ya sienten el pellizco

Cinco millones de españoles sienten un pellizco en el estómago permanente. Es el que provoca el vivir instalado en la incertidumbre del paro. Y el resto de ciudadanos también sentimos como ese pellizco nos alcanza, nos rodea vigilante, nos roza y nos pone a tiro de piedra del miedo y de la desesperanza más absoluta. Millones de ciudadanos con un pellizco en el estómago, acumulando noches sin dormir pensando en la hipoteca, en la vuelta al cole, en la ortodoncia del niño o planteándose seriamente si es buen momento para tenerlos por culpa de políticos ineptos y empresarios inhábiles.
El pellizco se hace más fuerte cuando sabemos de los enchufismos de familiares a uno y otro lado del espectro político. Es muy triste el que hayan hecho del "y tú más" el principal argumento en los casos de nepotismo que se están desvelando ahora, pero no solo en el terruño, sino en todo el mundo.
Y continúa haciéndose el pellizco más intenso a la vez que se te pone cara de bobo cuando lees que a directivos de una caja de ahorros les jubilan por una cantidad tan astronómica que el juez los llama a capítulo. Finiquitos multimillonarios que nos ponen en la pista sobre quiénes se han llevado el dinero que falta en esta crisis, ante la pasividad de todos, entre ellos del Banco de España. Los políticos, mientras, viviendo en sus hoteles y derrochando en chóferes y traductores, discutiendo banalidades. Los ciudadanos, todos, con un terrible pellizco en el estómago y la mosca del paro zumbando detrás de la oreja. Refrán: Cuando dudo de mi existencia, me pellizco.