martes, 26 de abril de 2022

Cuenta atrás para el centenario

 Cuenta atrás para el centenario

La prensa regional de este país es la que hace el periodismo más auténtico, el de las historias humanas y próximas

El pasado 1 de abril El Periódico Extremadura cumplió 99 años y la cuenta atrás hacia el centenario ha comenzado. Que cualquier empresa llegue a esa edad es motivo de alegría, pero que lo consiga un medio de comunicación escrito es una hazaña épica. No se hacen ustedes cargo de lo difícil y heroico que es el día a día de una empresa informativa. Estoy convencido de que la prensa regional de este país es la que hace el periodismo más auténtico, el de las historias humanas, próximas, el que se puede dar relevancia a lo «pequeño», que, a la postre, siempre resulta enorme bajo la lupa de nuestros redactores, siempre pegados al palpitar de nuestra tierra. Yo leo cada día periódicos «de provincias» con mucho más interés que los nacionales, abducidos por la política y el negocio deportivo.

Recuerdo que cuando llegué a El Periódico Extremadura reproducir un logotipo con calidad e insertarlo en un anuncio requería de un rudimentario proceso fotomecánico. El diario en estos últimos treinta años ha dado un salto de gigante que es achacable en exclusiva al esfuerzo de sus trabajadores y no solo desde el punto de vista tecnológico. La semana pasada lo comprobé en las mesas redondas de Futuribles, el encuentro de innovación. El Periódico Extremadura se convirtió en un generador propio de actualidad, en el altavoz donde empresarios y políticos acudían para radiografiar el mundo de las energías renovables, anunciar proyectos y defender sus ideas.

Y este diario volverá a ser protagonista esta semana con los VI Premios Turismo que se entregan en Guadalupe el jueves. Hace unos días uno de los galardonados me comentó que para él era un doble reconocimiento, porque detrás de esa decisión estaba el respaldo de los expertos de una empresa centenaria. En medio de este 2022 del fin de la pandemia y de la incierta guerra de Putin, El Periódico Extremadura sigue, gracias a sus gentes, con ganas de contárselo todo a sus lectores. Un milagro cotidiano.

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martes, 19 de abril de 2022

El Capricho de Cotrina, ahora


El reconocimiento docente de este milagro arquitectónico extremeño no se ha visto correspondido con el de otras autoridades

Fuera de los circuitos oficiales de turismo y como una rara avis se encuentra El Capricho de Cotrina, una construcción museo que desde Los Santos de Maimona nos recuerda que los genios nacen por generación espontánea. La descubrí desde las ventanillas del autobús que me trajo a Extremadura hace tres décadas y vi crecer su silueta cada vez que iba a Zafra. Esta Semana Santa visité este fruto del ingenio extremeño que recuerda a los edificios modernistas de Gaudí, sin que aparentemente su autor se inspirara en ellos. 

El Capricho de Cotrina es obra de Francisco González, un albañil que decidió darle a su hija el gusto de una casa de cuento con piscina, que pretende ser habitable. Mampostería de piedra caliza, mortero de cemento y ladrillo y millones de rústicas teselas de colores conforman sin duda una curiosidad que no hay que perderse. Si su exterior es sorprendente, el interior es algo único, lleno de sorpresas e inspiración en los elementos de la naturaleza. La construcción en sí oculta un gusano gigantesco. Desgraciadamente, el albañil sin estudios que lo diseñó nos dejó en 2016 y ahora es su hijo y su yerno quienes todos los fines de semana toman la paleta para seguir dando forma a este sueño arquitectónico. Expertos en arquitectura y arte corroboran con sus cartas y apoyos esta iniciativa que ha sido objeto de estudio en distintas universidades. Este reconocimiento docente no se ha visto correspondido con el de las autoridades extremeñas y bien que esto lo recalca Pilar González, su hija, cuando muestras las maravillas de El Capricho de Cotrina. Aún le queda mucho a la obra. Como sucede con la Sagrada Familia el proyecto sobrepasa cualquier cálculo humano y más si no se tienen ayudas. Ojalá que no haya que esperar a la siguiente generación para ver culminado este pequeño milagro extremeño en Los Santos de Maimona.