martes, 19 de septiembre de 2023

Un misterio, dos caras distintas

 Un misterio, dos caras distintas

Mientras que en el congreso mexicano se presentaban unas momias falsas como presuntos cadáveres de extraterrestres, la NASA admitía la realidad ovni en su esperado informe

La semana pasada, con apenas un día de diferencia entre ambas comparecencias públicas, uno de los misterios clave del ser humano mostró sus dos caras contrapuestas. Me refiero al enigma de los ovnis, que ahora se empeñan los más puristas en llamar UAPs.  

Por un lado, nada menos que en el congreso de México, se presentaban con todos los honores unos presuntos cadáveres de extraterrestres que no eran más que una pantomima de momias falsas. Solo la solemnidad del lugar daba una leve pátina de credibilidad al empeño de un investigador local, Jaime Maussan, en darnos gato por liebre, como ya trató hace años con otra momia. 

Por otro lado, en el cuartel general de la NASA en Washington DC, se presentaban los datos y evidencias recabadas sobre este fenómeno que, desde hace décadas, por no decir desde los albores del ser humano, nos sigue sorprendiendo a todos. En la actualidad, los ovnis constituyen un problema aeronáutico y de seguridad que afecta a todos los países de este planeta. La gran novedad es que por fin la NASA admite en rueda de prensa la realidad de los avistamientos. Literalmente, el informe presentado reconoce que el fenómeno UAP «es uno de los mayores misterios del planeta», aunque no señala la hipótesis extraterrestre como la única explicación, aunque no la descarta.

Quiero recordar que este misterio, en Extremadura, tiene un especial ejemplo en el caso del extraterrestre de la base de Talavera la Real. La madrugada del 12 de noviembre de 1976, tres soldados descargaron sus armas contra un ser verdoso de tres metros que levitaba. El principal testigo del caso, el pacense José Manuel Trejo, aún sigue arrastrando las consecuencias del encuentro. El enigma continúa, pero no es ninguna broma, se lo aseguro.