lunes, 13 de abril de 2009

Reivindicación de la República española

Todavía existen ciertos pudores inconfesables en la sociedad española, después de tantos años de democracia. Y creo que es hora de desnudarse. La República se demonizó en exceso por parte de la dictadura. Después, la monarquía parlamentaria se convirtió en la mejor solución posible para salir de cuarenta años de espantosa represión en todos los órdenes sociales. Todo el mundo habla de Juan Carlos I como garante de que todo esto no se vaya al traste y destacan su papel aquel 23 de febrero en el que el ruido de sables llegó a las casas de todos los españoles a través de la radio y la televisión. Ultimamente, ésta se ha llenado de biotopics que parecen un publirreportaje diseñado por la propia Casa Real.

Excelente. No voy a negar ese papel representativo y ese trabajo realizado por el rey Juan Carlos. Pero lo cierto es que hoy, 14 de abril, conmemoración de la República Española, quisiera reivindicar una sociedad en la que la cúspide de la representación de todos no esté ocupada por alguien por derechos de sangre y otros cuentos. La república, simplemente, es otro sistema de organizar las cosas en el que al frente está alguien elegido por todos. No es ni mejor ni peor, pero yo lo prefiero. Recuerdo cuando el rey vino a la exposición de los 100 años de Caja de Extremadura y casi le di dos veces la mano en el encuentro informal con la prensa, de lo nervioso que estaba. Algún otro se bebió, por despiste, la copa de vino que le traían al monarca. Y es que lo de la monarquía nos nubla la razón a todos, hasta a los republicanos. Refrán: Un republicano educado hasta al rey le da la mano.