martes, 12 de julio de 2016

Las redes sociales no son la barra de un bar

Recientemente han saltado a los medios de comunicación casos en los que representantes políticos o personajes públicos se metían en un charco pantanoso por culpa de internet. La concejala de Servicios Sociales de Badajoz, Rosario Gómez de la Peña , realizaba en Facebook unos comentarios desafortunados sobre dos participantes en el desfile del Orgullo Gay. Pero no voy a hacer leña del árbol caído. Otro ejemplo, mucho más grave, es el del cantante Francisco que llama a Mónica Oltra, portavoz de Compromís en la Comunidad Valenciana, cosas irreproducibles, que pueden resumirse en: "necesitas pollardón". Es curioso cómo todavía no se ha tomado conciencia de la relevancia de las redes sociales y del peligro que tiene comportarse en ellas como si estuviéramos en la barra de un bar. Dicen que no eran conscientes de la repercusión de sus palabras. Pero eso me lleva a pensar en la doble moral de nuestros políticos, que de cara al votante participan en los actos de la fiesta de la tolerancia y después, en el tú a tú, afirman lo contrario de lo que propugnan en público. Eso se llama hipocresía con mayúsculas.


En Estados Unidos, donde siempre van por delante en todo, han nacido al abrigo de las nuevas tecnologías y la crisis económica unos personajes singulares: 'sintecho' con perfil actualizado en las redes sociales. No tienen acceso a un hogar, viven en un banco, pero sí aparecen en Facebook, Tinder o LinkedIn como ejecutivos listos para entrar a trabajar en cualquier momento en una gran corporación. Gracias a esos perfiles pueden encontrar refugio durante un par de noches o vender objetos de segunda mano e ir tirando. De hecho, algunos de estos 'sintecho pero con internet' emplean las redes sociales para ligar con una chica y así pasar una noche bajo techo. En Nueva York hay 60.060 'sintecho' en la ciudad, el doble que hace un par de años. Gracias a que hay internet gratis en la mayoría de las calles de Nueva York ellos sobreviven, chateando o ligando para poder convencer a alguien de poder dormir en su casa. Nuevos y extraños tiempos. Refrán: Si tienes techo de vidrio, no tires piedras al vecino.