lunes, 6 de abril de 2009

La buena memoria de Víctor Manuel

Medardo Cervera Romariz, Luis Lozano Mendo, Antonio Parrón Peguero, Octavio Carrasco Canales, Santos Cambero Carrero, Maximo Bonilla Jabato, Heliodoro Doncel Salomón, Feliciano González Cortés, Luis Santano Javato y Eleuterio Rodríguez, diez fusilados y paseados de Arroyo de la Luz fueron rescatados del olvido el sábado con un sencillo homenaje en el teatro municipal arroyano. A éste le siguió un concierto del cantautor asturiano Víctor Manuel que fue, sobre todo, un ejercicio de buena memoria.

No está realizada al azar la elección de Arroyo de la Luz para el comienzo de la minigira de Víctor Manuel en Extremadura. Actualmente se rueda en ella La Luna Ciega, un filme con la memoria histórica como tema principal que dirige Pablo Nacarino sobre una obra de Juan Copete.

Había en el pueblo una gran expectación. Aunque íntimamente relacionado, el acto de homenaje se realizó separado del concierto y con la asistencia del alcalde, Santos Jorna. Una hora antes de que comenzara la música ya había colas en la puerta del teatro para coger los asientos más cercanos y no tener que ver el espectáculo desde el gallinero.

Con solo un pianista (su hijo) y un guitarrista realmente virtuosos, el veterano cantautor hizo un repaso por su vida musical interpretando más de 20 temas, entre los que explica su evolución personal y en los que demuestra tener las facultades líricas intactas. Por supuesto, el compromiso social y político centra las principales composiciones del artista que -entre canción y canción- cuenta anécdotas de su Mieres natal y de la vida rural asturiana.

Así, comenzó diciendo que su madre dejó de ir a misa tras preguntarle el párroco de su pueblo si se "metían mano" ella y su marido. Cantó seguidamente La romería y el teatro -que estaba lleno- empezó a corear el estribillo. Los personajes de su infancia rural fueron saliendo en las siguientes canciones, como el conocido Abuelo Vitor.

Además, el artista se mostró cercano cuando contó la receta de las patatas a la importancia explicando anécdotas de sus primeros años. La Planta 14 -canción sobre un accidente laboral en la mina- fue también muy coreada por el público, que en ocasiones se adelantaba a la propia música y que interrumpía al cantante durante la interpretación. Esto se hizo en algunas ocasiones a destiempo y de forma exagerada. El fue siempre elegante en todo momento y no se inmutó ante las molestias. Lo mismo sucedió durante la interpretación de El Cobarde, que comentó que estaba inspirada en la guerra del Vietnam. Terminó el ciclo de primeras canciones con María Coraje.

Víctor Manuel habló de su experiencia americana y de cómo conoció a su compañera en los escenarios y en la vida, Ana Belén. También describió cómo fue "retenido" por la policía franquista y dijo los nombres de quienes lo hicieron: "Yo recuerdo los nombres de todos los que nos ultrajaron". También contó la anécdota de que fue multado por "posible antiespañolismo" por un pasodoble en el que se mofaba de los exaltados patrióticos.

De la misma manera, recordó la huelga de actores de mediados de los setenta por la que muchos acabaron en la cárcel y que inspiró su conocida Cómicos. Preguntó si alguien sabía por qué los actores habían ido a la huelga. Nadie lo supo. Explicó que simplemente pedían descansar un día a la semana. Siguieron canciones como España, camisa blanca de mi esperanza o Cruzar los brazos, de su época más comprometida.

Finalmente, le llegó el turno a la temática amorosa con Ay, amor, Luna, Nada sabe más dulce como tu boca o Sólo pienso en ti, canción inspirada en una historia real de amor entre disminuidos psíquicos. Relató que actualmente la pareja tiene un hijo universitario.

El recital concluyó con su último tema sobre la memoria histórica y una emocionante Asturias. El público se abalanzó al final para dar la mano al artista, que después pasó largo rato firmando autógrafos, tras más de dos horas de concierto.