martes, 25 de abril de 2017

‘Simpas’ nada simpáticos

Es curioso cómo la moda de largarse sin pagar de restaurantes despierta la simpatía de muchos ciudadanos de a pie. Sin embargo, esa identificación que nos hace ver a los infractores como auténticos Robin Hood modernos es totalmente torticera y equivocada. Veo que cada vez está más extendida esa moda de huir de un bar a toda prisa una vez que se ha realizado la consumición. Y que eso se hace como una gracieta. Hace poco me lo confirmaba el propietario de un establecimiento en Isabel de Moctezuma. El resultado es que ahora los camareros exigen el abono de las consumiciones una vez que se han depositado en la mesa que están sirviendo. Mal para ellos y para peor para los clientes.

Otro ejemplo. En una gran superficie especializada en la distribución al por mayor y que permite la adquisición de productos a particulares han instalado una suerte de cámaras por todos los pasillos y contratado a trabajadores que literalmente ‘siguen’ a los clientes durante la elección de los bienes. Han colocado un cartel que indica que se han producido tantos robos que se han visto obligados a trabajar así.

Y yo me pregunto si es comparable el ‘simpa’ del que se va de un bar sin pagar por hacer una gracia o el que roba alimentos porque simplemente necesita comer. Evidentemente no. Sin duda el ‘simpa’ no es tampoco agradable para el pequeño empresario que ve cómo se esfuma su esfuerzo y su trabajo. Él también es un ciudadano más, agobiado por impuestos, burocracia y administración. Me parecen fatal estos hurtos a personas que malsoportan la crisis como todos los mortales. Otra cosa es hacerle un buen ‘simpa’ a los que nos están quitando cada día dinero y llevándolo a paraísos fiscales. Pero contra ellos no hay arrestos. Me encantaría que un día los Bárcenas de turno se encontraran con que no pueden trincar más porque les hemos dejado el cajón vacío. Refrán: Más vale poco y bien allegado, que mucho y robado.