martes, 22 de septiembre de 2015

Fidel Castro: escala técnica en Mérida

Ahora que el papa Francisco se reúne con los hermanos Castro en Cuba, me viene a la memoria la visita que realizó Fidel a Mérida en 1998. Tan sólo fueron 15 horas, una escala técnica entre la séptima Cumbre Iberoamericana y el encuentro con el por entonces presidente del Gobierno José María Aznar . El mandatario le devolvía a Juan Carlos Rodríguez Ibarra una visita reciente. Algo tienen Cuba y Fidel Castro (e Ibarra también) que no dejan indiferente a nadie. Al margen de posicionamientos políticos, lo que diga Fidel Castro se analiza, se desmenuza y siempre es noticia. Entonces el séquito del dirigente cubano era tal que su avión no pudo aterrizar en Talavera la Real y tuvo que hacer el recorrido en coche desde Lisboa. Los servicios secretos cubanos fueron muy estrictos y no se lo pusieron fácil a los informadores. Ya por entonces Fidel empezaba a mostrar cierto cansancio, pero solo aparente, porque dicen que se comió él solo una Torta del Casar y que la cena con 35 selectos extremeños duró hasta las cinco de la mañana. Las imágenes de EL PERIODICO EXTREMADURA de su visita al Museo Romano son antológicas. Castro prueba, lanzando una moneda al aire, la famosa acústica del recinto que permite no utilizar micrófonos. Fidel es ya un señor mayor pegado a un chandal que forma parte casi de su piel; un abuelo con mucha historia en su mirada, que hizo una revolución que ahora (re)evoluciona hacia otro modelo, pero que le planta cara a un sistema político y económico que no es --como experimentamos a diario-- ninguna maravilla. Refrán: Visitas de tarde en tarde, y corticas.