martes, 30 de agosto de 2016

Manada

Manada era el nombre del grupo de mensajería instantánea al que estaban conectados los cinco detenidos por presuntamente violar a una muchacha de 19 años en las pasadas fiestas de Pamplona. Nunca un nombre de grupo de Whatsapp ha estado mejor puesto. 'Manada' sirve para designar a las bestias domésticas cuando andan juntas o para nombrar a un grupo de animales salvajes de la misma especie que deambulan unidos para cazar, como los lobos. En la manada la responsabilidad se diluye hasta desaparecer y los actos vandálicos se atribuyen a intangibles como que "la peña se volvió loca" o se niegan sistemáticamente. Lo que hace una manada queda para sus integrantes, que fuera de ella no son nada ni nadie, apenas unos hampones de mala muerte. La conversación de mensajería instantánea de la 'manada' no tiene desperdicio. El texto revela una riqueza de vocabulario propia de un párvulo y una catadura moral incalificable. No sólo se jactan de cometer un horrible delito violentando a una mujer de 19 años entre los cinco, sino que son tan descerebrados que hacen un vídeo cometiendo el hecho: Follándonos a una entre los 5 / Jajaja / Todo lo que cuente es poco / Puta pasada de viaje / Hay vídeo .
Siento una profunda vergüenza por el ser humano, capaz de este comportamiento vil. Me parece todavía peor que miembros de la seguridad del Estado participaran en esta cacería sin piedad. Pido que sean inhabilitados para pertenecer a esos cuerpos armados. ¿Qué podemos esperar de un garante de nuestra tranquilidad que comete el peor de los crímenes contra una mujer, prácticamente una niña?

No envidio a su abogado que, como estrategia, arguye el consentimiento de la víctima. Menos mal que hay un vídeo de los hechos, de lo contrario la sombra de la duda serviría para hacer más daño a la muchacha. No he estado en los Sanfermines ni sé qué puede llevar a una locura criminal a los participantes en una fiesta. Espero que sean condenados. La chica tendrá secuelas de por vida. Y estas últimas desapariciones de mujeres me inquietan cada día más. Refrán: Por un borrego no se juzga la manada".

martes, 23 de agosto de 2016

Luis Eduardo Aute: queda la música

 La noticia del grave infarto de Luis Eduardo Aute ha sido un golpe duro en este verano de calor y desencuentros políticos. Actualmente, el polifacético artista se recupera en el Gregorio Marañón de Madrid. Son muchos los mensajes de apoyo que está recibiendo. Aute significa --en estos momentos de zozobra más que nunca-- mucho para una gran parte de los españoles, especialmente la que sufrió la dictadura de Franco . Compuso la mítica canción Al alba , todo un himno contra la pena de muerte que millones de personas en todo el mundo conocen. Sin embargo, en este país de porteras, genios como él están guardados en el trastero. Su producción musical es muy extensa, con canciones de hondo significado para todos, especialmente con un gusto exquisito para temas como el deseo carnal, el cine, el amor y el desamor. Recuerdo una genial, llamada Queda la música sobre una pareja rota. Aute ha sido, y es, una especie de padre moral para muchos cantautores, como en ocasiones ha reconocido Ismael Serrano . Pero también es un artista total, que maneja con maestría el cine, la interpretación, la escultura, la escritura, la pintura y la poesía. Su película 'Un perro llamado dolor' es una obra maestra sobre la relación entre modelo y artista. Y su compromiso con las causas sociales es enorme y muy sincero. Le recuerdo hace diez años en el Auditorio de Cáceres, cantando a capella La belleza , un tema en el que se declara "enemigo de la guerra y su reverso, la medalla". En 2015 fue cabeza de cartel del Festival Europa Sur, en la cacereña plaza de las Veletas. La potencia vocal ya no era la de su juventud, pero su excelencia y gusto interpretativo destacaba ante las centenarias piedras. No es hombre de homenajes, pero yo estoy cansado de que en este país el talento no se reconozca o se haga siempre pre o postmortem. Hasta parece que la libertad que respiramos cada día llegó por arte de magia. Pero se la debemos a muchos, como Luis Eduardo Aute que supo cantarle a la cara al dictador sus miserias vitales y morales. Refrán: Quiero que no me abandones, amor mío, al alba.