martes, 21 de junio de 2016

Eric Clapton, mano lenta... y dolorida


La noticia de que el guitarrista Eric Clapton dejaba la música por una enfermedad me ha dejado sin palabras por un momento. Sin embargo, al instante reflexioné y pensé que no era extraño que 'Mano lenta', a su edad, después de una vida de abusos en todos los sentidos, sienta "descargas eléctricas que le bajan por la pierna". Aún así es una gran pérdida para los aficionados a la música el que ya no vuelva a tocar en directo por culpa de una neuropatía periférica. Tras un pasado marcado por el alcohol y adicciones --dedicó una canción en honor a la cocaína-- el artista nacido en Ripley (Inglaterra) acaba de publicar un último trabajo titulado I still do que ha tenido una acogida excelente. A finales del año se publicará una colaboración de Clapton con los Rolling Stones. Quizá sea la última vez que podamos escuchar un trabajo suyo. Es difícil aceptar que la situación no será reversible y que esos dedos otrora seguros y decididos se han vuelto torpes y doloridos. Una pena.

La vida le ha dado muchas oportunidades a Eric Clapton y también reveses de los que probablemente no se haya recuperado por completo. En 1991 fallecía su hijo Conor tras caer de un rascacielos de Manhattan. El dolor impelió al artista a la composición de su famosa Tears on Heaven , una canción con la que arrasó en los premios Grammy del año siguiente, e incluida en un disco llamado 'Unplugged', en el que hacía versiones en acústico de sus temas.

Un padre es difícil que se recupere de la muerte de su hijo. El estribillo de esa obra maestra de la música puede traducirse como: "¿Sabrías mi nombre, si te veo en el cielo? ¿Sería lo mismo, si te veo en el cielo?".


Todos nos hacemos viejos, unos saben envejecer mejor que otros. A algunos la vida les ha dado tantos zarpazos que los ha dejado noqueados para siempre. Eric Clapton siempre será para mí el genio de la guitarra eléctrica, aunque su mano ya no tenga el vigor primigenio. Refrán: Un hombre con buen talento, vale por ciento.