martes, 2 de octubre de 2012

Guasa con el 'whatsapp'


Este título podría ser muy bien el comienzo de un tanguillo de Cádiz, pero lo cierto es que la aplicación para móviles 'whatsapp' tiene mucha tela que cortar, pero tela marinera. Las compañías telefónicas --que probablemente representen el mayor negocio del siglo XXI-- han inventado un método para tenernos aún más engachados al teléfono, una mensajería instantánea que riéte tú de Seur, UPS, MRW y todas estas empresas juntas. Desde que esto del 'wasap' se extiende como una mancha de aceite veo a la gente absorta con sus teléfonos e hipnotizada, con la mirada ida. Las paradas de autobús y las plazas están llenas de zombies pulsando nerviosamente las teclas. Los amigos quedan y no se miran a la cara, sino que se envían mensajes sentados alrededor de una mesa entre risas. No es que yo esté contra las nuevas tecnologías, ni contra el progreso, pero pienso que estamos sustituyendo el diálogo por el 'wasap', que tiene narices la cosa.


--Ey, Juanjo , te envío un wasap y quedamos, tío.


Y como no tengo nada de eso en el móvil, me quedo al margen de todo. Y los mensajes, cada vez menos ricos, más carentes de emociones, más esquemáticos, más pobres, más tristes. Veo en los pasillos de los centros educativos que se prohibe terminantemente el uso del móvil en las aulas. Es imposible aprender si se es esclavo de una máquina. Así de claro.



Añoro las cartas de puño y letra, con su perfume, sus besos de carmín, sus sellos de lacre y esas gotitas que semejaban ser lágrimas. Y lo echo en falta porque vamos derechitos al empobrecimiento vital y cultural. Acabaré teniendo 'wasap', pero qué poca guasa que me hace. Refrán: Si quieres saber de guasas ven a cantarme a mi casa.

No hay comentarios: