martes, 26 de febrero de 2013

¿Dónde estabas el 23-F?


El pasado sábado fue 23 de febrero. Para casi todos los españoles esta fecha está marcada a fuego en los pliegues de sus meninges. Pero para algunas generaciones solo es un hecho histórico, una curiosidad, la imagen de un señor con tricornio pegando tiros en el congreso y obligando a tirarse al suelo con insultos a sus señorías. Ya hay generaciones que no vivieron en sus carnes el 23-F. Ese día fue de gran revuelo en casa, de conversaciones en el dormitorio de los padres, de un hermano mayor que repetía "han vuelto, estos han vuelto", de estar pegados al transistor para estar al tanto de lo que sucedía, de miedo a volver 'al palo largo y mano dura' sin disfrutar de las libertades que empezábamos a acariciar. Todo después quedó en agua de borrajas y con muchas incógnitas en el aire. Lo que sí es cierto es que el caldo de cultivo actual se parece en mucho al de entonces --paro, descontento social-- salvo por una cosa: la presión que ETA y GRAPO ejercían, con muertos casi a diario. Sin embargo, me gustaría advertir de que se dan actualmente muchas circunstancias para que los extremismos vuelvan a tener tentaciones, a que los radicales regresen a las andadas o surgan opciones políticas que poco tienen que ver con la democracia. El sábado pasado Jesús Quintero decía en el Gran Teatro: "tanto correr para llegar a donde hemos llegado ahora". Hemos vuelto atrás treinta años, y encima tras saborear las mieles del estado del bienestar. Pero este cabreo mayúsculo no puede traducirse en tentativas totalitarias o radicales. Nos va mucho en ello. Refrán: La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer. (Antonio Gala).

No hay comentarios: