martes, 14 de mayo de 2013

Penitencia y perdón


Quizá sea por los nuevos aires que el Papa Francisco está insuflando a la Iglesia, lo cierto es que el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo ha condenado a un falso cura a peregrinar entre Alcalá de Guadaira y el Santuario de Nuestra Señora de la Consolación en Utrera. El penitente deberá hacer este trayecto, de 25 kilómetros, a pie. Lo más fácil hubiera sido la excomunión para este hombre que durante siete años impartió el ministerio sacerdotal en la sevillana barriada de Pío XII, pero no. El "sincero arrepentimiento" de Angel Orellana le ha servido para evitar la pena máxima que establece el Derecho Canónico en estos casos graves. El impostor se ha beneficiado de que con motivo del Año de la Fe el santuario de Utrera haya sido designado destino diocesano de peregrinaciones.



¿Y el punto de origen de la penitencia? Pues, para que no tuviera relación con la barriada sevillana en la que ejerció de cura no siéndolo, se ha buscado el punto opuesto.



¿Y qué sucede con los matrimonios, bautizos y comuniones, sacramentos que administró no estando facultado para ello? Pues la Archidiócesis ha determinado que los sacramentos del bautismo y del matrimonio fueron válidos, aunque ilícitos, mientras que los de eucaristía, penitencia y unción de enfermos no. Hace seis años este falso cura se presentó ante la Curia Diocesana acreditando su condición de sacerdote con documentación falsa. Ahora Angel tendrá que cumplimentar la penitencia, imaginamos que aportará pruebas gráficas a la Archidiócesis de su peregrinaje, además de devolver todos los estipendios recibidos mientras simuló la celebración de la Eucaristía. A cambio será perdonado.Refrán: Cura flaco y marido barrigón, ninguno cumple su función.

1 comentario:

Mandrake dijo...

Felicitaciones por el artículo, como siempre, su artículo es perfecto.
Un abrazo a su primo brasileño.
Yo soy genrro de Eduardo Ventura.

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