Artículos publicados en EL PERIÓDICO EXTREMADURA todos los martes, en su contraportada.
martes, 12 de noviembre de 2013
Agustín García Calvo, en el recuerdo
Pronto hará un año que nos dejó Agustín García Calvo . En esta España cada vez más embastecida, quisiera recordar su figura, más allá de su estética eternamente hippie y provocadora, sus bigotes, sus largos fulares y sus camisas de colores chillones. Recuerdo su última visita a Extremadura, en 2005, en la que regaló una charla memorable a los alumnos del instituto Extremadura de Mérida, denunciando que el régimen del bienestar se había apoderado de la industria cultural. García Calvo siempre fue a contracorriente y eso le costó que le quitaran la cátedra junto a José Luis Aranguren y Tierno Galván durante el franquismo, por apoyar las revueltas estudiantiles. La muerte le sorprendió hace un año apoyando a los jóvenes del 15-M. Sin duda, él era el tábano que picaba a la ciudad para que sus dirigentes no se durmieran. Muchos han dicho de él que fue el último Sócrates y no sólo por su actitud estrambótica, sino por una forma de enseñar en la que la vida del maestro se convierte también en fuente de aprendizaje y ejemplo para el alumnos. Ensayista, poeta, dramaturgo, traductor, filósofo, todo eso fue García Calvo, además de Premio Nacional de Ensayo, Literatura Dramática y Traducción. Una gran trayectoria que bien merecería un reconocimiento acorde, pero su desapego del poder ha hecho que esté condenado al ostracismo y considerado por muchos supuestos intelectuales como un 'petardo'. En esta España actual parece que figuras como la de García Calvo hay que meterlas bajo las alfombras no vaya a ser que alguna conciencia se despierte. Y eso es muy peligroso. Refrán: Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.
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