martes, 21 de enero de 2014

La zambomba más grande del mundo

He leído que las pasadas Navidades un vecino de Sigüenza ha construido la zambomba más grande del mundo. Jaime Jiménez Ollala es el artífice de este singular instrumento musical con el que participó en la ronda de Navidad de su pueblo. Sin duda, un emprendedor nato: la zambomba tiene 2,60 metros de altura, 1,80 de diámetro. Ha sido necesaria la piel entera de una ternera y la vara con la que se toca es una tubería de tres centímetros de diámetro. Necesita trasladarse con un tractor y tiene una puerta para pasar a su interior donde alberga una exposición de fotos sobre su construcción y --cómo no-- una pequeña barra para tomarse un vino. Muy español todo, sin duda. ¿Para qué demonios sirve una zambomba con bar dentro? Creo que uno de los problemas de la debilidad de nuestro tejido productivo es que nos hemos equivocado. Creo que si construyéramos ordenadores, cohetes interespaciales, aviones u otras cosas con más demanda e interés que zambombas y botijos mejor nos iría. Ahora están como locos potenciando a los emprendedores y las ideas innovadoras porque llevamos un retraso espectacular con cualquier otro país de la Unión Europea. Quieren que todos nos pongamos a emprender, precisamente aquéllos que nos han metido hasta las cejas en esta crisis. Pero ellos --políticos y banqueros principalmente-- no se arremangan para poner un negocio, siguen tranquilos en sus poltronas, dándonos con el látigo en las espaldas, como si estuviéramos en una gran galera hacia ninguna parte. Refrán: Más vale palmo de vela que remo de galera.

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