martes, 11 de noviembre de 2014

Recuerdos de un viaje a Galicia

Recuerdo mi primera gran experiencia turística por Galicia, con apenas 8 años y junto a mis padres, montado en un autobús en el que la guía comentaba megáfono en mano un paisaje verde y lleno de hórreos a los excursionistas. Eran otros tiempos --más grises en todos los sentidos-- en los que se visitaban únicamente iglesias y apenas pude chupar la cabeza de una gamba. Era en temporada baja y llovía mucho. Una de aquellas paradas del viaje fue en A Rúa, y aunque mi memoria de humo no es capaz de poner en pie aquella visita en concreto, sí me alegra saber que con el tiempo esta localidad orensana se ha vuelto más cercana a nuestras vidas tras su hermanamiento con Almendralejo. Cuando sales de la ciudad 'del Vino y la Concordia' encuentras una rotonda con la leyenda "A Rúa 565 kilómetros". Artífice de esta cercanía en el corazón a pesar de la lejanía física es su embajador y experiodista de esta casa Juan Francisco Sánchez , así como el alcalde de la localidad gallega, Avelino García , que la semana pasada visitó el Salón del Vino. Los tiempos han cambiado y ahora en vez de hórreos los atractivos son más lúdicos: la 'Baco Festa', la Fiesta del Codillo (que se hace con grelos, patatas y chorizo), el Magosto (parecida al Magosto de Carbajo con las castañas de protagonistas), o la Fiesta de la Empanada de Costrelas. Por supuesto, todo ello se celebra con unos vinos de Valdeorras seductores y acreditados. El turismo ya no es lo que era y ahora ya no vale cambiar 'sol por dinero'. Afortunadamente lo sabemos muy bien, tanto en Galicia como en Extremadura. Refrán: Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas.

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