martes, 18 de agosto de 2015

Un verano de auténtica locura

Son tiempos difíciles. El hombre ha colocado una sonda en Plutón y en un cometa con el sencillo nombre de 67P/Churyumov-Gerasimenko. Sin embargo, el ser humano --que busca con ganas la vida inteligente en otros planetas-- parece que no la encuentra en el propio. No sé si por efecto contagio, pero lo cierto es que se han producido en lo que llevamos de verano crímenes inexplicables, que hacen dudar de que la raza humana esté dotada de conocimiento. Me refiero --por ejemplo-- al asesinato de Marina Okarynska y Laura del Pozo , a manos presuntamente de Sergio Morate , un señor cuya foto de perfil en las redes sociales ya causa respeto, cuando no miedo, por lo desafiante. Un joven musculado al que todos los indicios apuntan como responsable del estrangulamiento de dos chicas, simplemente porque una le rechazó y otra le quiso ayudar a recoger sus cosas del domicilio que habían compartido. Tampoco me resisto a comentar el macabro ritual en el que una mujer de La Villa de Don Fadrique degüella a su hijo de apenas unos meses en la capilla del cementerio local. Una pena. Me resisto a creer que los seres humanos somos reflejo de estas acciones demenciales o que hay un atisbo de motivación en ellas. No hay justificación para tantos actos de violencia machista o contra los niños, como no la hay tampoco para los incendios premeditados que estos días se han producido en Gata y también en Galicia. Mientras estas cosas sucedan seguiré pensando que la búsqueda de vida inteligente tiene que empezar primero por el propio planeta Tierra. Los otros mundos están en éste. Refrán: El número de los malhechores no autoriza el crimen. (Charles Dickens) .

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