martes, 2 de mayo de 2017

Distintas percepciones de la realidad


Es curioso como ante un mismo hecho cada ser humano tiene una experiencia diferente. Un ejemplo es el reciente caso de la chica del tranvía de Murcia.

La ciudad del Segura amaneció empapelada hace unas semanas con la emocionante carta de un muchacho de 23 años que buscaba a una chica de la que se había enamorado una noche volviendo de fiesta en el tranvía.

Los medios de comunicación regionales quisieron ver una historia romántica y todos deseaban un final feliz, un reencuentro entre los dos muchachos. Las palabras con las que él describía la escena estaban llenas de pasión y, lo que es más inquietante, de detalles. Nada más lejos de la realidad de ella. En este caso verdad ha estropeado los titulares.

La percepción de la muchacha -que ha distribuido también pasquines con su airada respuesta- era radicalmente distinta.

Se sintió acosada y detalla que ojalá nunca se hubiera subido a aquel transporte, que le hizo al chico gestos ostensibles de hostilidad, que a pesar del rechazo el joven le hizo gestos para que se bajara con ella en una parada, que llamó a sus amigas para tranquilizarlas porque habían pensado que estaba en peligro…

No deja de sorprenderme cómo alguien que piensa que está poseído por el sentimiento más noble y elevado del ser humano, en realidad lo que esté es a punto de cometer un delito. Los resabios machistas no desaparecen a pesar de tanta campaña. Él -que dejó su número de teléfono en los pasquines- no deja de recibir ahora amenazas.


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