viernes, 14 de septiembre de 2012

Bodas mortales


Casarse es una actividad de alto riesgo. Y si no que se lo digan a María Pantazopoulos que hace unos días ha muerto en Montreal mientras se hacía las típicas fotos del álbum. El set se instaló en un lago, siguiendo la nueva tendencia trash the dress que busca un gran contraste entre el traje de novio y el escenario donde se hace la foto. Nada pudo hacer Louis Pagakis , el fotógrafo, por su clienta. "Hazme unas fotos mientras nado en el lago", fueron las últimas palabras de la desafortunada, que vio cómo se convertía su vestido en una auténtica trampa mortal que la succionaba hasta el fondo. Dos testigos del suceso tuvieron que ser hospitalizados por el shock. Lo cierto es que esto del contraste se da mucho en los enlaces. Los novios buscan ser originales y a fuerza de eso ponen en riesgo su vida y la de los invitados. Una boda es como una carrera de obstáculos en la que la meta parece cada vez más lejos y cuando la alcanzas te das cuenta de lo absurdo que era participar. Otra historia de bodas que acaba mal es la del joven kuwaití que murió accidentalmente el mismo día de su enlace a manos de un amigo. En Kuwait se tiene la costumbre de celebrar todo con una buena ráfaga de kalashnikov, un fusil de asalto ruso y probablemente el arma de mano más mortífera de cuantas haya construido el hombre. Allí se tira de gatillo de kalashnikov constantemente y claro, a veces la alegría de tus propios amigos se desborda y no saben dónde ponen la bala. Muchas veces veo las fotos de boda en los escaparates de los profesionales por Cáceres y a veces esas composiciones tan extravagantes me dejan perplejo. Lo extraño es que yo también pasé por eso y en aquel momento me pareció lo más normal del mundo. Y ahora ese álbum de fotos me sigue pareciendo un tesoro, a pesar de todo, que guardo con gran cariño. Refrán: En muerte y en boda verás quién te honra .

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