miércoles, 17 de septiembre de 2008

Devorado por los tiburones y tiburonas

Un amigo mío me dijo hace tiempo que en la vida hay fundamentalmente dos tipos de personas: los tiburones y los borregos. Estos días de relajo de las costumbres y petardeo de terraza le doy la razón. Vivo rodeado de escualos. Los tiburones son los auténticos depredadores de la noche. Tienen el pelo engomado, camisa de rayitas ajustada, pantalón paquetero, rostro anguloso, facciones perfectas, perpetua sonrisa, cuerpo de gimnasio y un extraño aire de haberlo visto todo en la vida que te tira para atrás. Borregos somos todos los demás, que seguimos ciegamente a los tiburones a los garitos de moda.
--"Lo que no te comes a las 3, no te lo comes a las 6", me dijo un tiburón nocturno hace unos días en una conocida terraza cacereña.
El tiburón mira a su alrededor con los ojos inyectados en sangre, escanea al personal, disecciona a sus víctimas antes de hincar sus dientes y no se desmoraliza ante el desplante de alguna presa. Los tiburones son como los antiguos horteras de discoteca, pero con más formación y buena forma física. La especie mejora. Los tiburones solo comen productos dietéticos y tienen en las discotecas su hábitat natural. Se acuestan tarde y suelen abandonar a sus presas antes del amanecer sin dejar siquiera el número de teléfono. Son depredadores natos y solitarios. Unos ´cracks´, vaya.
Los borregos looser apuramos nuestro triste cubata mientras somos testigos del espectáculo del apareamiento. Nos agitamos salvajemente al son de la música, pero nada, seguimos esperando a una tiburona que nos devore con ganas. Refrán: Por la noche los tiburones andan por los rincones.

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