lunes, 16 de agosto de 2010

Compañeros de piso

Hace ya unos 15 años compartí piso con estudiantes. Entre ellos había un individuo al que le he perdido la pista y que resultó ser problemático. Lo de compartir piso a determinadas edades es recomendable. Aquella fue la única vez que he tenido problemas de convivencia con alguien. El chico, misterioso y extraño, afirmaba que toda su familia vivía en Canarias y que él estaba estudiando informática en Cáceres. Hasta ahí todo normal. O casi. Pero poco a poco descubrimos que no iba a clase. Se compró un ordenador y el mismo día que lo recibió lo destrozó. Fantaseaba diciendo que los aviones tienen cohetes de propulsión en las ruedas, que su padre cuando nació fue a verle al hospital en trineo. Decía que tenía miedo de vivir en un "régimen comunista como el español". No iba ni siquiera a los exámenes y cada vez esgrimía una excusa más absurda para ello.
Aquello empezó a preocuparnos sobremanera, máxime cuando le pillábamos en mentiras enormes e inútiles: "Vengo de Madrid, de visitar a un amigo que tiene una serpiente pitón", nos decía a las tres de la tarde cuando se había ido de casa al mediodía. Aquello me asustó tanto que pensé incluso en llamar a su familia a Canarias. Al final sospecho que desgraciadamente lo que querían sus familiares era estar lo más lejos posible de él.
Esa es la tragedia de algunas personas que necesitan de la máxima atención y cariño y que los más cercanos rehúyen por incomprensión, por desconocimiento o por incultura. Después esos pequeños padecimientos son muy difíciles de sanar. Refrán: Los locos abren los caminos por los que pasarán los sabios.

No hay comentarios: