lunes, 16 de agosto de 2010

Donantes de sangre

¡Qué pesados son los donantes de sangre! Cada dos por tres te mandan una cartita recordándote que vayas a donar o que cumplas con algún deber ciudadano. Tienen asambleas y reuniones muy largas, así como una comida navideña en la que Franquete acaba siempre contando sus chistes. ¡Madre mía qué tortura! Son, por lo general, gente muy fraternal y cariñosa que se acuerda de ti aunque sólo te vea una vez al año. Más o menos como un tío lejano muy estomagante.
Yo pensaba eso hasta hace unos meses. Alguien al que quiero --delegado de los donantes en su pueblo--, tuvo que someterse a una larga y compleja operación. Durante ésta y después en reanimación recibió varias bolsas de sangre. De no haberlas tenido a mano no hubiera podido superar el trance. Gracias.
Desde entonces ya no pienso que son tan pesados, sino que somos los demás los que --inconscientes de la importancia de lo que hacen-- así nos lo parece.
Sé que los recortes económicos públicos también les han afectado y que han tenido que prescindir de personal administrativo. ¡Qué paradoja que la crisis afecte primero a un colectivo generoso y desinteresado y no a las grandes fortunas e instituciones! Realmente el mundo se está equivocando.
También quiero recordar que el mítico corresponsal de este periódico recientemente desaparecido Eustasio López fue un impulsor de las donaciones en Valencia de Alcántara. Por lo pronto, retiro el adjetivo "pesado" de los donantes de sangre y espero no olvidarme nunca de hacerlo cada tres meses. Y en cuanto a Franquete, le acabas cogiendo el chiste, si no en el primer almuerzo, pues en el segundo. Refrán: Donar sangre es donar vida .

No hay comentarios: