viernes, 19 de agosto de 2011

El hombre que bebía gasolina y queroseno

Siempre me han fascinados los seres humanos con facultades extraordinarias. Hace escasas fechas los teletipos se llenaron de referencias a Paulo David Amorin , un niño brasileño de 11 años al que sus compañeros llaman el ´Niño magneto´ por la cualidad de que se le peguen al cuerpo todo tipo de objetos metálicos, incluso de cierto peso. Las mismas propiedades también parece que las posee un niño serbio de 7 años, de nombre Bogdan . Los dos se parecen un poco físicamente, porque su aspecto es de claro sobrepeso. Algunos médicos aseguran que este fenómeno se produce por determinadas características adhesivas del cuerpo y no a ser imanes vivientes. En fin, algo malo estamos haciendo con la alimentación de nuestros hijos para que se den estos fenómenos.

Más escalofriante es la historia de un anciano de 71 años de Chongqing (centro de China).

Chen De bebe gasolina y queroseno desde hace 42 años, ya que según él son buenos para la tos y los dolores de garganta. Bebe entre tres y cuatro litros de gasolina. Vamos que al precio que está el combustible sale por un pico. ¿Y yo me pregunto cómo es que no le ha afectado al organismo todo este veneno? Bebió queroseno para atajar una tos y después se pasó a la gasolina tras las restricciones de combustible. Los médicos han confirmado que la salud de este hombre es normal, salvo por unos pulmones un poco hinchados, pero que su cuerpo se ha acostumbrado a esta adicción. Vivir para ver. O para beber gasolina. Refrán: Con fabes y sidrina, nunca falta gasolina

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