jueves, 28 de diciembre de 2006

CÁCERES EN LA CARA B DE LA VIDA

Cuando mis amigos de Sevilla me preguntaban por la razón de haberme quedado a vivir en Cáceres yo siempre les decía que por sus cafés concierto. En cualquier ciudad europea un lugar acogedor en el que tomarse un copa escuchando música en directo es un auténtico lujo. Cáceres tenía cuando llegué esa seña de identidad tan exclusiva. La calle Pizarro por entonces estaba llena de espacios donde la cultura era accesible de forma gratuita y para todos. El tiempo, el aburguesamiento y nuestra desidia han ido asfixiando esos lugares. El esfuerzo de montar exposiciones, contratar músicos o hacer programaciones se quedó para unos pocos valientes, auténticos quijotes en este mundo de burocracia en el que el talento siempre se demoniza y se mira con desconfianza. En Cáceres faltan espacios donde expresarse y sobran multas de aparcamiento con afán recaudatorio. El último caso de apuesta por la cultura, arriesgando capital propio, es el Aldana Café Concierto. Si un enclave puede simbolizar la capitalidad europea es Ese. Es un espacio de encuentros. Y tanto. He visto a media corporación municipal embobada en los conciertos entre sus paredes medievales. ¿No pueden sentarse en una mesa y mediar entre vecinos y empresarios? Espero que por bien de esta ciudad lo hagan. No podemos permitirnos el lujo de que tanto esfuerzo e inversión en cultura se tiren por la borda. Si se cierra Aldana la ciudad seguirá en la Cara B de la vida durante un siglo más de crudo invierno. Refrán: La cultura es un disfrute. Consérvala y no seas cutre.

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