jueves, 28 de diciembre de 2006

EL DESPACHO DEL FARAON

Después de años entrevistándolo por fax pedí a aquel empresario pacense que me recibiera en persona para hacer un artículo. Los faraones egipcios se construyeron pirámides para perpetuarse en la historia. Pues bien, ese hombre se había hecho un despacho que era un monumento faraónico en sí mismo. No he visto tanta moqueta, ni tanto cuadro de firma, ni tanta cortina juntas en mi vida.

--Como verá mi lugar de trabajo es sencillo, cuatro trapitos y una mesa...

La entrevista --hecha ya hace una década-- se desarrolló bajo la tutela de un responsable de imagen, que viene a ser como las damas de compañía de antaño.

--Anda, dale al periodista un detallito a la salida, le dijo a su empleado en tono paternal.

--Que sepa, amigo Ventura , que soy una persona normal, que si algún día nos vemos por la calle de cualquier ciudad le saludaré como un amigo más.

Pues el destino quiso que nos viéramos alguna vez y nunca volvió la cabeza, ni se inmutó. Parecía hecho de mármol el tío. Qué contraste con el recientemente desaparecido López Morenas . Este fontanés siempre te recibía con una sonrisa. Cuando hablaba de sus yates, sus ferraris y sus apartamentos en la Costa del Sol acababa diciendo "si quieres te lo dejo unos días". Y probablemente lo decía de corazón. Ingenios como éste son los que hacen falta a Extremadura y no tanto tipo estirado que tras su mesa de despacho considera a todo el mundo un lacayo. Refrán: Todavía quedan señoritos, pero ahora no tienen título ni finca, sino un buen despachito.

No hay comentarios: