jueves, 28 de diciembre de 2006

VI A BIN LADEN EN EL HUERTA HONDA

Ví a Bin Laden en el Hotel Huerta Honda esta última feria de Zafra. Claro, no me refiero al hombre más buscado del mundo, sino a ese billete de 500 euros llamado así por quienes como yo nunca habían visto uno. Hasta ahora. Ha tenido que ser el hotel con más glamour de Extremadura, el lugar donde, en una transacción ganadera tras la subasta de porcino, he contemplado con el rabillo del ojo ese color violáceo tan bonito que tiene. --Hay que ir deshaciéndose de estos billetes, oí decir al ganadero que pagaba en metálico. La feria de Zafra es el último gran sarao del buen tiempo, coincidiendo con el veranillo del membrillo. Y ese último hálito de vida arrancado al estío tiene mucha magia. La misma que hace coincidir en el Huerta Honda a consejeros descorbatados, grandes empresarios pacenses, toreros jóvenes que buscan el éxito y viejos maestros que rememoran el relumbrón de antaño. Cuando llega la noche las casetas del ferial son un hormiguero humano. Mayorales, hombres de negocios y gente ávida de fiesta forman una original amalgama. Recuerdo una anécdota que me contó Antonio Osuna , añorado corresponsal segedano, cuando un redactor de EL PERIODICO le hizo esta propuesta: --Antonio, como tú sabes más de campo que yo, cubre tú las informaciones del día, que yo cubriré las de la noche. A lo que me respondió el bueno de Antonio con admiración: --¡Y cómo cubría el muchacho! ¡Cómo cubría! ¡Como un charolés! Refrán: El veranillo del membrillo es el tiempo de los pillos.

No hay comentarios: