jueves, 28 de diciembre de 2006

LAS MISTERIOSAS BOLSAS DE FITUR

Son lo más codiciado de la Feria Internacional del Turismo. Hay quieneshacen cola, sortean controles y engañan a vigilantes de seguridad porhacerse con una de ellas. Son las bolsas que se regalan en laspresentaciones y ruedas de prensa a los asistentes. Estoicos visitantessoportan charlas soporíferas sobre desarrollo sostenible o proyectos Leadery Proder que ni les van ni les vienen. Pero para ellos vale la pena: salende la sala de conferencias con esa bolsa en la mano y una sonrisa desatisfacción. Se ha corrido el rumor de que hay maravillosos tesoros en suinterior y no me refiero sólo a los excelentes folletos que editandiputaciones e instituciones. No sé si voy a destrozar un mito, pero yo osvoy a contar mi botín de este año: pelota antiestrés azul, otra pelotaantiestrés con la forma de Puerta de Palmas, gorrito rojo, extraño lápiz queparece un cable eléctrico con goma (de borrar), un pin, dos caramelos, unapastilla de jabón de aceite, un minibote de pimentón, saquito con hojas deolivo, y un cuelgamóvil universal. ¿Merece la pena tragarse esos tostonespor esto? Pos no. Lo que sí es un misterio son las palabras que intercambióIsabel Gemio con el consejero de Economía cuando entró en el pabellón.Alguno palideció al escucharlas. Lo cierto es que no quiso sentarse en larueda de prensa. No quería que su imagen apareciera con el rótulo Junta deExtremadura al fondo. Así que la Fitur está llena de misterios por resolver:bolsas turísticas por la mañana y viacrucis por las noches. Refrán: A Fiturva mucho penitente que después sale sonriente.

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