jueves, 28 de diciembre de 2006

DE SAFARI EN LA DEHESA

No hay duda de las buenas cualidades de la tierra extremeña. Aquí arraiga todo lo que se siembre. Lo dice el refrán: Badajoz, tierra de Dios, se acuesta uno y amanecen dos . A mí, que me cuesta criar en casa los peces de colores de toda la vida, me sorprende que en las dehesas de Zarza la Mayor hayan sobrevivido antílopes negros indios y que en Monterrubio de la Serena hubiera tigres y leones.
Imagínense, haciendo senderismo por la zona y que ve uno moverse unos matorrales...

--Me parece que he visto un lince tras las matas.

--Sí, y está de buen año el joío . ¡Qué grande es! Eso es que hay mucho conejo por aquí...

Lo malo es que en el trasfondo de todo esto está que Extremadura sigue siendo el coto privado de muchos señoritos cortijeros, cazadores equipados en el Corte Inglés el día antes, de idiotas con una escopeta con mira telescópica... ¡Qué peligro!
Sé que los cazadores son los más perjudicados por majaderos de este tipo. A mí eso de que el llorado Rainiero matara 200 perdices en sus escarceos en Extremadura me suena a los atunes que pescaba el Invicto Caudillo en el Azor. Vaya, que el submarinista que se los ponía en el anzuelo merece un homenaje que aún no se le ha hecho.
Seguimos siendo el patio de recreo de cuatro tontos de baba con título o simplemente que no saben dónde gastar el dinero. Y no me vengan diciendo que generan riqueza y dejan pasta . Normalmente comen y se hospedan con otros de su mismo rasero. Refrán: A los tontos se les respeta cuando tienen dinero y escopeta .

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